SERIE FOTOGRÁFICA

EL AURA

- PROCESO -

Partiendo de la selección de dos objetos, comenzamos a pensar en dos series de fotográficas. Uno de ellos es un ventilador antiguo, y otro es la cabeza de una muñeca, en parte destrozada.

MUÑECA

La muñeca por sí sola nos genera terror, morbo e “incomodidad”, por lo que buscamos evidenciar estas sensaciones, partiendo de la idea de retratar este objeto teniendo en cuenta sus características tétricas. Buscamos entonces, una puesta de luz natural, que entra por una puerta durante la mañana, utilizando de fondo la oscuridad de la casa para crear más foco en el rostro de la muñeca, y consiguiendo sombras marcadas y profundas, resaltando la piel destruida que nos da una textura rústica y antigua .

Como podemos observar a continuación, esta cabeza en realidad es un macetero, y en él hay una planta. Pero buscamos no mostrar esto para hacer foco en su rostro y su mirada, para humanizar este objeto y darle más incomodidad al espectador.

VENTILADOR

En el caso del ventilador, encontramos una imagen de referencia que nos cautivó por su estética, la iluminación y composición. A partir de allí, empezamos por imaginarlo en un contexto que genere encierro, como una habitación, cuya ventana está cubierta en gran parte por unas cortinas con una estética de los 80’, que apenas deje ingresar unos rayos de luz solar. Así, tomamos como referencia una segunda imagen, que nos da la noción de encierro y “día caluroso”, apoyada principalmente en el ventilador como objeto, y en la idea de evitar que entre el calor del sol.

En un primer intento logramos construir la siguiente imagen.

Pero luego nos replanteamos esta idea y decidimos ir por un camino más atípico, que nos lleve a preguntarnos ciertas cosas, que en la idea anterior nos parecían más evidentes y más fáciles de responder. Optamos entonces por ubicar al ventilador en un lugar extraño, abandonado, apartado de cualquier otro objeto; un espacio sucio, descuidado, que sin esclarecer en realidad de qué espacio se trata, simplemente por sus características aportan cierta estética al ventilador.

Y esto nos llevó a preguntarnos cosas como: ¿Qué es ese lugar? ¿Qué hace ese ventilador allí? ¿Cuánto tiempo lleva en ese mismo sitio? ¿Este ventilador funciona o no funciona? ¿Será que fue abandonado como el mismo lugar?

El lugar elegido fue el patio techado, de una casa deshabitada, cuyo dueño murió hace años. El lugar era usado como taller y aún conservaba todas las herramientas, pero su estado de abandono era severo.

Al momento de fotografiar decidimos liberar el sitio lo más posible. Buscamos vaciar todo aquello que no tendría lugar en las fotografías, dejando así solo una mesa muy sucia y desgastada, que sería ideal como soporte. Con cuidado de no mover la mugre que yacía en ella, ubicamos cuidadosamente la mesa en el sitio correcto y luego plantamos el ventilador sobre ella.

En cuanto a los encuadres, buscamos un poco valernos de las líneas rectas del espacio para contrastarlas con las líneas curvas del ventilador.

En cuanto a la luz, en un principio probamos una estética más fría, con bajo contraste.

Pero luego optamos por una estética más cálida, que siga apoyando en cierta forma la idea de “calor”, con un alto contraste. Utilizamos la luz natural que proviene de la ventana, y un foco que ilumina la pared del fondo.

Finalmente, optamos por la serie del ventilador porque creemos que transmite un clima de intriga e incomodidad pero desde un lugar atípico. No es el objeto en sí lo que resulta atrayente sino la combinación con el contexto donde fue presentado. Sus líneas onduladas, superpuestas a las líneas rectas de la pared. El óxido de sus hélices combinado con el moho de la pared, la luz que entra por la ventana como en una agobiante tarde de verano. Todas estas características dieron como resultado una serie fotográfica que nos interpela como espectador, generándonos cierto vértigo, pero al mismo tiempo cierta curiosidad de querer saber qué es ese extraño lugar y qué pasará allí.