LA OTREDAD

Florencia

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La mañana es el inicio de un nuevo ciclo, pero para Florencia es también un momento de reflexión e introspección.

La luz del día entra por la ventana, y su silueta resalta en la oscuridad de un cuarto vacío y silencioso. Detrás de la reja, como prisionera de este momento inevitable y particular, reflexiona en soledad, y observa el mortero que yace al borde de su ventana. Su rostro se ve cansado, pero sus acciones son firmes y decididas. 

Sentada en la cama, dispuesta entre la luz y la oscuridad y aun con su ropa de dormir puesta, enciende la llama de su cuenco como si se tratara de un ritual ineludible. El aroma silvestre lentamente va tomando un lugar protagónico. ¿Qué significa este hábito? ¿Qué recuerdos le traen? ¿Qué recuerdos trata de tapar? ...

Ahora su mirada se pierde en el paisaje, mientras el fuego del mortero lentamente se consume. ¿Qué es lo que oculta esta mirada preocupada, desesperanzada y solitaria?  ¿Es acaso su pasado que la atormenta? ¿O serán sus sueños que parecen esfumarse como el humo del eucalipto?